Colectivo Quiltro
Intervención Urbana "Plaza Echaurren"
14 de febrero 2011
Valparaíso Chile
Al igual que un quiltro, somos mestizos, audaces, ingeniosos, viajeros, alertas a vivir esta vida de transición de siglos y gobiernos. Somos multiusos, dispuestos al trueque, al aprendizaje, diestros en todo aquello que sea un desafío para nuestra mente. De alguna manera, sobrevivientes seres acostumbrados a sobrellevar vidas duras, algunas veces, carentes de un piso donde pararse o un techo donde capear la lluvia.
En el mismo camino del quiltro estamos nosotros armando nuestra manada, una jauría que pronto saldrá a ladrar, a tomar posesión de una calle, una vereda, una vitrina para dejar nuestra marca.
Una marca que se hace cuerpo en una intervención callejera para dar nuestro parecer a la manera en que nos estamos acostumbrando a celebrar el amor: un día para comprar a nuestro amado/a el regalo perfecto: peluches, cajas, papeles, rositas, tarjetas, diplomas que más tarde volarán arrugados y descoloridos por las calles de la ciudad: regalamos un desecho perfecto.
Plaza Echaurren, mítico lugar de encuentros del mercado sexual, antiguo barrio bullente y comercial, hogar de quiltros y otros conocidos que viven en la periferia del sistema y no comprarán el regalo de San Valentín. Hoy su fama dentro de la patrimonial magia porteña la tiene por peligrosa, sucia, sin cafecitos bullentes ni tienditas de souvenir solo bares y bazares: un buen lugar donde un quiltro puede pasear y ladrar, tomar el sol y rascarse las pulgas, quizás jugar al almacén y vender las pocas pertenencias que tiene.
Hoy todo se vende, se comercializa y la cultura es la cortina que suaviza el mercado entrando en el aparato productivo de un país como un medio para ocultar la violencia que implica toda adaptación del individuo a una estructura en cuya construcción no intervino.
Pero ahora, desde la marginalidad de quiltro, queremos intervenir: se vende
¿Qué se vende en el día del amor? ¿Qué oferto? ¿Qué demando? ¿Qué guardaré? ¿Qué desecharé?
